lunes, 25 de octubre de 2010

Camino y me siento libre.
Un año sin vos, dos semanas sin vos, 
toda la vida por delante,
completamente cegada por mis certezas y mis seguridades.


Camino puesta y los pajaros cantan a todo volumen,
yo miro todo como si fuera la primera vez
que camino por esta ciudad que amo y odio,
que quiero abandonar dormida en los mas profundo de sus diagonales.


Aspiro el humo seco y amargo del ultimo pucho del atado,
llave, escalera, llave, silencio, dia.
Bajo la persiana y cierro la puerta de la habitacion;
nunca hago eso porque me da miedo.
Por primera vez despues de mucho tiempo
me encierro.




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