Como se siente la energia, el amor, la luz, la luna llena.
Las terrazas con las luces de la ciudad y de los aviones que suben y se empinan, y nos damos cuenta de que cuando viajamos en ellos estamos casi vertical en el despegue,
Los carnavales celestes y blancos y los helados de quiosco,
el sabernos y mujeres, hijas, tal vez madres,
sentirnos vulnerables y fuertes sobre la escalera de colchones que nos alberga.
Y mientras afuera llueve, pero nosotras estamos,
para nosotras.
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