jueves, 14 de octubre de 2010

 Enredar…

… era dejar que los dedos se enredaran (y eso podía ocurrir en cualquier momento). Cuando le pasaba un plato con ensalada rusa, los dedos de ella se detenían debajo hasta que los de el… entonces comenzaba el proceso de enredo. Enredarse era tocar primero las yemas, sentir el calor del otro dedo, del dedo del otro. Bastaba el contacto oculto de los dedos, dispuestos a enredarse, para que las manos se crisparan, para que los brazos como vides se tensionaran y todo terminara en el juego enredado de los dedos debajo del plato.

El no sabía si se enredaba solo o con ella, ella sufría porque tenía que quitar su mano enredada antes de evidenciar el enredo. Así, las manos con dedos enredados jugaban debajo de la ensalada rusa mientras los cuerpos se quedaban quietos, negando el enredo.

El problema es que, cuando se enredan los dedos, hay ese rayo que sube por las ramas y llega a las raíces, hay un movimiento de aire enredado que mueve las hojas, hay un enredo tal que es ya imposible refrenar y ella lo mira a el pidiendo ayuda, y el siente la corriente inmensa de agua enredada que lo arrastra, enredándose entre sus cuerpos y no sabe si puede ayudar o necesita ser ayudado, ni siquiera sabe si realmente quiere salir del enredo.

Por debajo del plato blanco, donde están las papas, las arvejas, las zanahorias, todas enredadas prolijamente con mayonesa, los dedos siguen en su febril enredo, se superponen unos con otros, tratando casa uno de ser el líder del enredo. Un observador atento notaria que es una batalla de roces y enredos, enredarse para rozar y enredarse en el otro, subir enredado por el brazo de el o de ella, enredarse en los hombros desnudos mientras ambos están quietos en ese enredarse de ojos abiertos.

Enredarse, enredarnos, Dejarse enredar por el brazo de el en la cintura, dejarse enredar por el hombro de ella en la mejilla, enredarse mil veces en los pechos, enredarse tantas veces en abrazos.

Al fin, dejar caer enredadas las papas, las zanahorias, las arvejas. Hundir enredada esa ensalada rusa en lo mas profundo del piso para descubrir las formas de enredo de tu pelo en mis manos, para dibujar tus labios enredados con el roce enredado de mi boca.

Enredarnos con los ojos y las sonrisas, con el aliento tibio enredado de ambos, caer detrás del plato a un enredo de luz y noche de sol. Abrazar el piano y enredarse en el, total nadie lo nota, todos tan en sus cosas, mientras nosotros nos enredamos y el piano ríe con sus cuerdas enredadas. Enredadamente caer uno sobre otro y rodar en un solo enredo, enredar en las estrellas y las lunas, en los planetas lejanos, enredarse en tu mirar, enredarse en mi respiro.

El enredar acaba dejando una sensación… de enredo. El no sabe si tomar el plato o dejarlo, ella lo mira, porque si sabe que el debe tomarlo. Es entonces que el comienza a enredar el plato hacia si, mirando la ensalada sin comprender, retenido aun en el enredo.

Mucho mas tarde esa noche, cuando las estrellas enreden líneas en el cielo, el buscara enredar sus manos, ella buscara enredar sus sueños. Darán vueltas a tanto enredo, se enredaran con dragones y vuelos, enredadas estarán las nubes y enredados ellos en desvelos.





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