martes, 19 de abril de 2011

Corte algunas tiras de papel creppe violeta y las colgue en mi ventana. Resulta que el invierno ataca de nuevo, y aunque aun no aprenda como lidiar con el, ver el papel moverse con el aire fresco es sumamente hermoso. Las tiras estan pegadas del lado de adentro, y basta con abrir un poquito para que el viento las acaricie y las haga rozarse entre ellas.
Resulta tambien, que durante mucho tiempo me parecio que los colores ya no brillaban como antes. Me daban un poco igual en realidad; como si de alguna manera se las hubiesen arreglado para pasar desapercibidos... no quiero creer que haya sido culpa mia, que en realidad los colores no tenian el problema, sino que lo tenia yo. 
De cualquier modo, eso ya no importa. Ahora tengo los colores en mi ventana, para mirarlos brillar cuando quiera. 

Ademas, si algun dia te vas volando por algunas de esas extrañas casualidades, mi ventana va a ser mas reconocible y vas a poder volver, no?

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